Recapacitemos ¿podemos hacer algo por la seguridad de nuestros "peques"?

Un niño feliz es un niño querido y protegido. Amar y proteger son casi la misma cosa, y criar a un niño también significa comprometerse a defenderlo. Sin ansiedad, sin alarmismos, evaluando con claridad los riesgos y eventuales peligros con los que puede enfrentarse. Las estadísticas hablan claro: los accidentes cuyas víctimas son niños en edad preescolar aumentan constantemente. Por esto es necesario prever y prevenir, o lo que es lo mismo, entender los posibles problemas, para afrontar la vida cotidiana tranquilamente, con conocimiento.

Según la S.I.T. las consultas relativas a accidentes toxicológicos se van incrementando cada año, y como dato curioso siempre a lo largo de los años, se repite que la edad de mayor incidencia en estas consultas es aquella comprendida entre los 18 meses y los 3 años de edad. De hecho mientras la mortalidad infantil en el parto y por enfermedad ha descendido en los últimos 30 años a un rimo excepcional, las cifras demuestran que la mortalidad por accidentes ha evolucionado inversamente; es más, tiende a aumentar. Se diría que nuestra sociedad está cada vez más preparada para combatir las enfermedades, mientras que encuentra mayores dificultades para responder a los peligros de la vida cotidiana que ella misma ha creado.

Cada ciudadano, cada padre consciente puede permitirse pensar que el problema no le compete o, peor, que no puede hacer nada. Sí podemos y vamos a intentarlo, por nuestros pequeños, informándonos y actuando correctamente.

¡Cuidado! nuestra casa no es tan segura como parece.

EL SUELO DE LA HABITACIÓN

El suelo deberá ser “a prueba de niños”. Si el suelo es de madera, óptimo para el aislamiento térmico, es importante que no sea de madera ordinaria, que puede astillarse fácilmente o levantarse en algún punto; hay que recordar que hay tratamientos químicos de la madera que están hechos con materiales peligrosos, que continúan emanando vapores tóxicos incluso después de su elaboración. Es indispensable efectuar estos trabajos mucho antes de la llegada del niño. Mejor aún sería usar barnices y productos vegetales.
Los suelos de baldosa son fáciles de limpiar y –si están bien puestos- no tienen otro problema que el de ser fríos y desagradables para un niño que se sentará en él muchas horas. El problema se resuelve con alfombras o esteras amplias.


PAREDES CON ZÓCALOS, OBJETOS BARNIZADOS

Los niños utilizarán las paredes para muchas cosas; deben poder limpiarse fácilmente. Lo ideal es precisamente la famosa mano de blanco o de pintura al temple, barata y fácil de renovar. Los papales pintados lujosos tienen un único peligro para el niño; que los padres se enfaden si los estropean. Lo mejor sería que las paredes de su habitación fuesen un espacio dedicado precisamente a él y sus juegos.

MOBILIARIO

El dormitorio del niño debe amueblarse con los criterios básicos de seguridad y funcionalidad. Quizá sea útil recordar, mientras se la arregla, que está destinada a una persona con ciertas necesidades materiales, pero que poco a poco deberá poder usarla según se deseo y exigencias individuales. Estas dos razones deberían disuadir a los padres de colocar objetos y muebles que les gusten a ellos, peor que pueden ser inútiles o, pero aún, peligrosos para la salud física y psicológica del niño.

CUARTO DE BAÑO

Deberán desaparecer de la vista todos los medicamentos y productos de higiene y belleza que puedan constituir un peligro potencial para el niño. En este caso incluso conviene estudiar una solución con armarios colocados a buena altura, dotados de llaves o cerraduras de seguridad.

COCINA

Conviene tener en cuenta desde el principio que habrá que colocar en lugares cerrados la mayoría de los objetos y materiales presentes en la cocina en cuanto el niño pueda mantenerse de pie (o gatear). De hecho, no habrá que dejar detergentes y sustancias químicas de cualquier tipo en sitios accesibles para el niño.

Peligros en casa.

Vamos a ver ejemplos de peligros evidentes en la casa que hay que evitar.

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FOTO 1: Nunca tendremos los enchufes sin protectores.
FOTO 2: Productos químicos nunca al alcance de los niños en la cocina.
FOTO 3: Ni en el baño.
FOTO 4: Cuidado con las puertas sin protectores, son peligrosísimas.
FOTO 5: Evitar suelos resbaladizos y recién lavados..
FOTO 6: Evitar que jueguen con juguetes demasiado pequeños y con pinturas tóxicas.
FOTO 7: Las bolsas de plástico son extremadamente peligrosas por peligro de asfixia.
FOTO 8: Jamás tener medicamentos al alcance de los niños y menos al lado de juguetes.
FOTO 9: Cuidado con bordes de cristal a su altura.
FOTO 10: El peligro, a veces está en el propio enchufe.
FOTO 11: Las escaleras de caracol son extremadamente peligrosas. Enseñarlas a bajar por el lado ancho, y acompañados hasta una determinada edad.

Cuidado con las caidas.

Observamos como hay que realizar las actividades en sitios adecuados. Para andar en bici será necesario espacios abiertos donde el niño pueda moverse sin obstáculos. La casa no es apropiada, y menos 2 niños al mismo tiempo.

No pasa nada ¿o sí?

LOS ANIMALES

Si en casa vive un animal, habrá que ocuparse de él antes de la llegada del bebé. La convivencia con un gato o un perro no sólo no es perjudicial para un niño pequeño, sino que los psicólogos la aconsejan. A condición de seguir una serie de normas higiénicas y que el animal esté en buenas condiciones físicas, no sea nervioso y se vuelva peligroso, esté vacunado y controlado por un veterinario.

TETINAS Y CHUPETES

En los últimos años han circulado muchas alarmas en torno a los materiales cn que se fabrican las tetinas y los chupetes.
Las tetinas y chupetes de silicona no se alteran con la luz y el calor, pero son más frágiles y pueden romperse. Sobre todo con el roce y los mordiscos de los primertos dientes se corre el riesgo de que se rompa y que el niño ingiera los fragmentos. Una precaución que conviene recordar cuando se usan productos de silicona: controlar frecuentemente su estado de elasticidad y de integridad y cambiarlos en cuanto empiezan a estropearse.
Al comprar tetinas y chupetes de caucho, es mejor controlar las declaraciones de no toxicidad de los productos.

CAÍDAS

-Si se coloca al bebé en una cama grande, mejor dejarlo en el centro o como mínimo a un metro del borde.
-Si no se dispone de vestidor, recuerde que el suelo (con una manta) es lo más seguro de todo.
-Si suena el teléfono (o el timbre) mientras cambia al niño, es mejor dejarlo sonar; los accidentes de los niños – no sólo de los pequeños- suelen ocurrir cuando la madre corre al teléfono. Basta con tardar unos segundos, coger al niño e ir a responder.

Si el niño se cae, normalmente no le pasa nada grave, porque es cierto que los niños “son de goma”, es decir, que sus huesos son mucho más elásticos y menos frágiles que los de los adultos. De todas formas conviene evaluar con atención el tipo de caída (desde qué altura, sobre qué parte cae) y cómo reacciona después de la caída. Los peligros reales son los cortes y las heridas profundas, las fracturas y los traumatismos craneales.

DETERGENTES Y PRODUCTOS PARA LA CASA Y EL JARDÍN

Cualquier producto utilizado en casa para la limpieza, para el mantenimiento de la casa y para el bricolaje tiene componentes químicos tóxicos y por lo tanto peligrosos para los niños. La regla general es la de no trasvasar estos productos a otros envases (ejemplo_ insecticidas en un envase de vidrio como los que se usan para las mermeladas) y mucho menos a envases para productos alimenticios.

LOS JUGUETES

Podemos decir que los juguetes pueden considerarse ajustados a las normativas de seguridad si llevan la etiqueta de conformidad con la norma. Por otro lado no se ajustan a la legislación vigente y por tanto son potencialmente peligrosos, los que no llevan el marcado CE de conformidad con la ley.

LUGARES “TRATADOS” QUÍMICAMENTE

Particular atención se debe prestar al water, que a menudo es uno de los lugares de juego predilecto de los niños. Es mejor usar productos químicos sólo cuando resulta indispensable y únicamente durante la noche, dejando correr el agua durante varios minutos.

Ejemplos de protección en casa.

En las siguientes imágenes observamos la manera correcta de proteger nuestra casa contra los accidentes infantiles, como complemento al apartado anterior de ”Fotos 1”.

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FOTO 6: En las puertas que dan acceso a balcones exteriores s pondrá un cerrojo al que el niño no pueda llegar.
FOTO 7: Con mesas redondeadas evitaremos golpes en esquinas.
FOTO 9. Las caídas de la cama durante la noche son los accidentes infantiles más frecuentes, proteger con una valla es una muy buena opción.
FOTO 10: Protectores de esquinas, muy práctico y seguro para paredes..
FOTO 11: Protectores de esquinas en muebles peligrosos.
FOTO 12: Pomos para puertas que no se puedan cerrar.
FOTO 13: Protectores de radiadores, para evitar quemaduras y golpes.

Esas mascotas no tan "monas".

El perro es el mejor amigo del hombre pero tener en cuenta estos consejos puede resultar muy útil para nuestros pequeños.

Ingestión de cuerpos extraños.

Uno de los accidentes más frecuentes que puede sufrir un niño en el hogar, es la ingestión de algún "objeto extraño". En ocasiones puede incluso pasar desapercibido para las personas adultas y no entrañar ningún riesgo debido a lo inofensivo del elemento ingerido (semillas, tierra limpia, etc.); pero en otras ocasiones el “objeto” puede entrañar múltiples riesgos, estos son algunos de los consejos más frecuentes que se suelen seguir cuando sucede este tipo de accidentes.

Conclusión.

Todo lo que acaban de leer tiene un único objetivo: ayudar a los nuevos padres y madres a observar los nuevos aspectos de su vida bajo otro prisma, para que puedan prever las situaciones, los objetos y las acciones que pueden ser peligrosas para un bebé. Para esto sirven las estadísticas y las experiencias de los demás y una vez adoptada una nueva óptica, serán capaces de relajarse y de afrontar con más serenidad la vida cotidiana con un bebé.
Sin olvidar una certeza: cada bebé pondrá todo lo posible de su parte para meterse en problemas; lo de descubrir el mundo es su “trabajo”, y lo hará continuamente, con un celo impensable, ayudado de una vista muy aguda, dedos incomparablemente más eficaces que los nuestros y una gran certeza. Durante toda esta formidable etapa, tanto los niños y niñas como los padres “deben” estar preparados para sustos, dudas y preocupaciones.
Afortunadamente, pronto nos damos cuenta de que gran parte de los miedos están sobredimensionados y recuperamos el control sobre nosotros mismos, permitiendo al bebé seguir su camino aprendiendo un poco cada vez más.
A los padres les queda sólo la labor de agilizar la actitud exploradora del niño y de permitirle descubrir el mundo sin que le haga (demasiado) daño. Y que nuestro esfuerzo, por que vivan con seguridad, sirva para que el día de mañana sean personas más seguras que los de los siguientes ejemplos.